martes, 24 de febrero de 2015

LAS FALACIAS DEL DESCONTROL:

UN ANALISIS DEL DISCURSO DEL CONTRALOR GENERAL DE LA REPÚBLICA

Juan Ureta Guerra
Profesor de Argumentación.
Escuela Iberoamericana de Argumentación y Litigación


1.- DISCURSO POLÍTICO DEMOCRÁTICO Y AUTORITARISMO

El análisis de la argumentación del discurso político permite desenmascarar el autoritarismo o la falta de compromiso con valores democráticos[1]. El interés práctico del análisis del discurso es lograr que el debate o diálogo entre políticos-funcionarios y ciudadanos llegue a acuerdos y cambios en la dirección esperada por la ciudadanía y al orden  constitucional.

Analizaremos los argumentos y maniobras argumentativas del contralor Fuad Khoury emitidas en el reciente encuentro con ciudadanos del Callao en el marco de la conferencia “Impunidad y Corrupción en el Callao” llevada a cabo el 9 de febrero en la Sala Raúl Porras Barrenechea del Congreso de la República. Dicha conferencia fue organizada por el Congresista Mesías Guevara Amasifuén y contó con la participación del Presidente de la Comisión de Fiscalización y Contraloría, Enrique Wong Pujada, congresista del Callao.

El discurso del Contralor falla en varios aspectos pues no cuenta con la comunicación y la argumentación que se espera de un líder democrático. Por el contrario, recurre a maniobras que son conocidas como falacias, generando un mensaje preocupante, autoritario y de resignación frente la corrupción.

Una de las razones de la debilidad de nuestra democracia (y en general en América Latina) es la falta de liderazgo de quienes dirigen la sociedad y en este caso nos enfocaremos en el aspecto de la comunicación y la inteligencia emocional del líder. Estos, lejos de tener un discurso a la altura de la responsabilidad que ostentan, aplican maniobras argumentativas propias de un empleado de ventanilla quien no se interesa en solucionar los reclamos del ciudadano. Tampoco se preparan para enfrentar las refutaciones ciudadanas con argumentos aceptables, sino que más bien se dan por sorprendidos y atacados, respondiendo con falacias o maniobras argumentativas que contradicen los principios democráticos.

Para  mayor ilustración hemos transcrito  el intercambio que se produjo entre el Contralor y los asistentes, el cual tiene cuatro partes: a) El discurso del Contralor donde muestra los logros de su entidad, b) la refutación de los ciudadanos, c) el ataque del Contralor a la audiencia, utilizando el argumento de la irrelevancia de los casos concretos y el ad ignoratian (ustedes ignoran de lo que hablan) y d) el momento de evasión del problema apelando a la piedad.

2.- TRANSCRIPCIÓN
El video se encuentra colgado en Youtube en 2 versiones: “Contralor encubrió a #Félix Moreno, de 3.14 minutos de duración[2] y “Contralor encubrió a Félix Moreno” (Editado) de 1.50 minutos de duración[3].

Contralor:    …las pruebas que nosotros presentamos son casi irrefutables. Lo que pasa es que tienen miedo, a la corrupción le estamos soplando en la oreja.  Tenemos 15,000 denunciados, 7,000 por la vía civil, 7 mil por la vía penal. Además el convenio que tenemos con el Ministerio Público y con el Poder Judicial se está fortaleciendo. Hemos cambiado nuestros informes a carpetas de control, carpetas de control es un nuevo producto que es mucho más rápido. La Contraloría se ha fortalecido, nos tienen miedo, es la pura verdad. No hay funcionario público que ahora tenga que preocuparse por cumplir la ley, lo único que tienen que hacer es cumplir la ley, la ley de contrataciones fundamentalmente.

Huarancca: (Félix) Moreno se ríe de la contraloría señor Contralor, usted lo encubrió.
Contralor:    No lo escucho.

Huarancca: Gracias por cederme, usted archivo mi denuncia contra Felix Moreno en solamente media hoja. Yo denuncié a Félix Moreno por haber vendido el terreno donado de Oquendo y usted archivó mi denuncia en media hoja, felizmente la Fiscal Superior Anticorrupción la denunció, pero hoy el mismo Fiscal (provbincial) Luis Gonzales que también archivó en primera instancia está haciendo el encubrimiento de todo esto.

Público: (aplausos)

Contralor:    ¡Qué viva la democracia! Yo no he venido a discutir las denuncias, yo no he venido a hablar de casos específicos porque sino traería la lista y si lo que usted dice es verdad, razones legales debe tener.
Huarancca:  Por eso lo he denunciado constitucionalmente (a usted), está la denuncia constitucional, desde hace seis meses demorada en la Sub Comisión de Acusaciones Constitucionales
Contralor:    Muy bien.
Huarancca: Para eso inclusive contrataron a policías, todo el departamento de homicidios de policías (del Callao) nos despojaron del terreno.

Contralor:    Ok. Vamos a revisarlo

Ciudadano: Nosotros desde hace cuatro años en el Callao tenemos mención sobre la venta de una calle, una calle que el señor Félix Moreno ha vendido. La pista (ahora) no es pública y está ese caso desde  hace cuatro años y hasta el día hoy no hay respuesta.
Contralor:    La conversación que estamos teniendo el día de hoy tiene que mantenerse en los niveles alturados.

El punto es, para responderle a todos ¿Saben cuántos auditores somos para un millón y medio de funcionarios públicos?, ¿tienen idea?, ¿sabe usted?, ¿cuántos somos? Somos mil auditores. No voy a aceptar más discusiones, somos mil auditores para un millón y medio de funcionarios públicos, somos mil auditores para trescientas mil licitaciones al año, somos mil auditores para tres mil quinientas entidades. ¿Saben cuántos auditores trabajan para los Presidentes regionales? Cuatro mil. Estamos pidiendo una reforma constitucional para que pasen esos cuatro mil funcionarios que pertenecen al sistema nacional de control y que no están en mi planilla. Entonces no le pidan al contralor que haga milagros.

¿Cómo el Contralor pudo pasar desde un punto de partida tan alto y arrogante al afirmar “nos tienen miedo” a un resignado “somos pocos frente a una inmanejable masa de entidades y funcionarios, donde controlar es un milagro y ustedes no pueden esperar milagros”? . Vamos a explicar que ocurrió.

3.- ANÁLISIS
Mark Twain afirmaba que tardaba tres días para hacer un discurso improvisado. La falta de planificación en el discurso es una muestra del desinterés por el auditorio. El líder, debe prever las objeciones y no darse por sorprendido. El líder al comunicarse, debe saber en qué contexto se encuentra, cómo decir las cosas y de qué manera atender objeciones por más pequeñas que sean, pues se dirige a tres públicos: la organización que dirige (contraloría en este caso), los usuarios (los ciudadanos y funcionarios que hacen denuncias) y los que están sometidos a control. En este caso se trata de las acciones de control en la Región Callao ejercidas por la Contraloría General de la República y el doctor Khoury sabía perfectamente que existen ciudadanos que le iban a reclamar por denuncias archivadas o paralizadas, como también podrían haber reclamos de fiscalizados que objetaran excesos en el control.

En esta situación el Contralor permite ser comparado con Domino’s Pizza,  esta empresa si va a anunciar el relanzamiento de sus productos en el Perú, sabe que lo primero que la gente se preguntará es si encontrará un insecto en la masa. Por lo tanto, al comunicarse tendrá que evadir, atenuar, hacer olvidar este aspecto o lanzar una garantía creíble.

El Contralor lo hizo desde el inicio, “por si acaso tenemos un nuevo producto, las carpetas de control”; sin embargo, no fue suficiente ya que los vecinos del Callao no se quedaron conformes con la propuesta y allí vino la caída del Contralor que lejos de responder con compromisos procedió a atacar.

El ataque se plasma en dos acciones. Primero, ataca las ideas con un desprecio puro y simple (que los medievales llamaban  nego) “no he venido a ver casos puntuales, sino traería la lista”, algo así como “si ustedes tienen sus casos, yo solo veo o tengo los míos”. Tal como lo señala Cattani, esta maniobra busca silenciar pura y llanamente al oponente[4]. Segundo, un ataque a los ciudadanos denunciando su ignorancia sobre el tema, plasmado en las preguntas. ¿Ustedes saben cuántos contralores somos?, ¿saben cuántos hay para controlar?, ¿tienen idea? Obviamente la gente no tiene por qué saberlo, pero es un recurso para decirles “ustedes no saben de lo que están hablando”. Mal recurso, pues se trata, en este caso, de ciudadanos que han perdido una calle o pista que ha sido vendida y otro que, siendo víctima del despojo y subasta de su predio, donde muestra además una denuncia Fiscal Superior que ordena investigar a los funcionarios del Callao pero que ha sido sospechosamente paralizada. Los ciudadanos saben lo que tienen que saber ¿Qué esperaba el contralor? ¿Una discusión técnica sobre las carpetas de control y de procedimientos internos?  Lo correcto para el líder era solicitar más información sobre los casos (confimertur quia dubitu) y cerrar el debate con un acuerdo: los priorizaré, los atenderé; sin embargo, ocurrió lo contrario.

La  evasión para cerrar el debate apela a que no pueden hacerse milagros ante la apabullante minoría de contralores. Con esta maniobra intenta cerrar el discurso autoritariamente, evitando cualquier réplica que le haga recordar que en el Callao las cosas están mal. El argumento ad misericordian o apelación a la piedad invoca a sentimientos y valores compartidos  (ejemplo: ¿Por qué ejecutó a los campesinos sin juicio? Porque estaba en peligro la Patria. ¿Por qué no corrigió a su hijo?, porque lo amaba ¿Quién no ama ciegamente a su hijo?), lo que puede ser correcto en ciertos contextos pero falaz en otros. En este caso encierra la idea de que “somos tan víctimas como ustedes”, algo que equivaldría a que el Ministro del Interior afirme que la policía no puede controlar la delincuencia porque apenas pueden cuidarse ellos mismos. Aquí lo trascendente es que no se puede someter al ciudadano a una presión mayor. Lo grave es que la Contraloría no puede abdicar de sus funciones con ese argumento y calificar de “milagros” la atención de las denuncias paralizadas, por ello se vuelve falaz.

¿Qué mensaje ha dado a los funcionarios de su entidad?  Uno sin estrategia, pesimista, descortés y evasivo. Es falso que deban auditar a un millón y medio de funcionarios pues en ninguna parte del planeta se hace eso, siempre se deben establecen estrategias (por los montos, recurrencia, jerarquía, etc.), por lo tanto, aquí se le dice a los funcionarios de su entidad “sigan denunciando a hormiguitas y olvídense de los elefantes, no podemos verlos”; si algún denunciante insiste díganle que tenemos la carpeta de control, que las cosas cambiaran y si insiste, díganle que somos pocos y si persiste, díganle que “no podemos hacer milagros” y si los denuncian  hagan como yo en la audiencia cuando me dicen que tengo una denuncia constitucional, simplemente, no digan nada.

¿Qué mensaje brinda a los ciudadanos? Un líder hubiera paralizado el discurso y recogido las denuncias para enmendar; sorprende su falta de interés para adoptar un compromiso público, lo que perfila una auténtica indiferencia por controlar el Callao.  Su caso será visto cuando acabemos de investigar a las hormiguitas y si nos equivocamos es porque somos pocos y esto es complicado.

¿Qué mensaje ha dado a los que deben ser controlados? Que la Contraloría puede ser apabullada con miles de investigaciones minúsculas y por tanto está abierto el Paso de las Termópilas.

CONCLUSIÓN
El debate democrático exige respeto para cada ciudadano, no para una masa abstracta y callada; exige cortesía e interés que no solo debe reflejarse en la campaña, sino mantenerse en la gestión. De seguro que, si contrastamos las maniobras empleadas por el contralor en su discurso para acceder al cargo o en las memorias institucionales, parecería una persona distinta.

Lo que está en juego es la capacidad del discurso democrático para corregir a los líderes y que estos se preparen para ejercer los compromisos que han asumido con la sociedad. Las falacias y maniobras argumentativas, evasivas o autoritarias están en el discurso como los muebles; el que no está preparado para el debate usará la falacia que le venga a la mente con la misma desesperación de quien toma una silla para atacar o se sale del lugar por sentirse ofendido al no respetarse “sus reglas”.





[1] Van Dijk, T. (2000). "El discurso como estructura y proceso". En van Dijk (compilador). El discurso como estructura y proceso. Barcelona, Gedisa, pp. 21-65. LUNDOÑO ZAPATA, Oscar Ivan (2010),  “El Poder del Discurso y el Discurso del Poder: entrevista a Teum Van Dijk” en Revista de Lingüística y Lenguas aplicadas. Volumen 5 año 2010,   pág. 257 a 266.

[2]  http://www.youtube.com/watch?v=0vuRkCbpXQU

[3] http://www.youtube.com/watch?v=QrDtNEiFYP0
[4] CATTANIi, Adelino  Bota e Resposta. Il arte de la Replica. Milano, pág. 45





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